Montar en bicicleta con falda y tacones

Montar en bicicleta con falta y tacones

Ir en bicicleta no tiene por qué significar pantalón corto de ciclismo y badana, también puedes ser femenina y tener clase encima de la bicicleta. De paseo en bicicleta en primavera para relajarte y disfrutar del sol, cuando vayas de camino al trabajo o de compras, no te faltarán oportunidades para salir en bici y llevar falda y tacones. Pero has de tener cuidado, sobre dos ruedas puede ser complicado. A continuación te mostramos cómo tomar las decisiones correctas y nuestros consejos para pedalear sin problemas.

¿Qué falda es la adecuada para pasear en bicicleta?

¿Cuál es el largo de falda ideal para montar en bicicleta?

Como los vestidos y las faldas tienden a subirse en la bicicleta, es mejor evitar las faldas cortas. Es más cómodo optar por una falda que llegue hasta la rodilla y que oculte los muslos una vez sobre el sillín sin interferir durante el pedaleo. Esta es la opción ideal. La otra alternativa es una falda larga, que no sólo cubre las piernas, sino que también las protege de arañazos y picaduras de insectos. Sin embargo, tendrás que tener cuidado para protegerla de la suciedad y evitar que quede atrapada en los radios de la bicicleta.

En bicicleta con falda

¿Qué materiales debería elegir para montar en bicicleta con falda?

Para evitar que tu vestido o falda se ondee con el viento al pedalear, elige los denominados tejidos «pesados». Los tejidos pesados no son sólo para las faldas de abrigo, también se utilizan en las colecciones de primavera. Una falda vaquera elástica será mejor compañera que una falda de gasa, seda o lino.

¿Cuál es el corte más apropiado?

El material juega un papel importante en la elección de la falda, pero también lo hace el corte. Por ejemplo, una falda recta tendrá menos resistencia al viento que una falda de vuelo. Por el contrario, un corte demasiado ajustado se subirá constantemente y te obligará a reajustarlo en cada parada.

¿Qué ropa interior debo llevar cuando monto en bicicleta con falda?

Si tu falda o vestido favorito es de una tela más ligera, ¡no tienes por qué renunciar a él! Las mujeres también son un poco magas. Puedes camuflar circunstancias en las que se expongan de manera disimulada las bragas. Eligiendo un color negro o beige que no llame mucho la atención, limitará las miradas indiscretas. Si quieres cuidar los detalles, también puedes optar por un color de ropa interior que combine con tu falda o vestido. Si los colores son idénticos, actuarán como una “ilusión óptica”. Evita colores demasiado llamativos o estampados marcados.

Si vas a dar un paseo largo o si el sillín no es lo suficientemente cómodo, una buena idea llevar bragas sin costuras. La costura es más rígida que el tejido, y el roce repetido con tu piel te puede provocar irritaciones o incluso una quemadura que podría dar al traste con tu paseo en bicicleta.

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¿Puedo montar en bicicleta con tacones?

Puede parecer complicado, pero ir en bicicleta con tacones es posible. Aquí tienes algunos consejos:

  • Comienza poco a poco con tacones bajos o medianos antes de pasar a los tacones de vértigo. El entrenamiento te permite adoptar hábitos seguros, especialmente durante las paradas de emergencia, los reinicios y al subirte a la bicicleta.
  • Elija un calzado ajustado o con cordones. Al presionar con la parte delantera de la suela, el talón del pie se levantará inevitablemente. Si el zapato te queda demasiado holgado, corres el riesgo de perderlo. De ahí la importancia de que sujete bien el pie.
  • Colócate bien sobre los pedales. Es importante presionarlo con la parte delantera del pie. De lo contrario, el pedal hará fuerza contra el tacón y correrás el riesgo de romperlo. Además, en caso de frenada brusca, el tacón puede interferir en el movimiento del pie en el momento de levantar el pie del pedal. Cuidado con las caídas. Otro consejo es mantener el pie recto al pedalear y no empujar el talón hacia abajo. De hecho, cuanto más alto sea el tacón de los zapatos o botas, más cuidado debes tener para evitar que roce el suelo al cruzar un badén, una acera o circular por una calzada en mal estado.
En falda y tacones sobre la bicicleta

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Consejos y complementos para ir en bicicleta con vestido

El truco del centavo para una falda pantalón

Como parte de los conocidos CycleHacks, los ciclistas escoceses han ideado el «Penny in Yo’ Pants«. El truco es sencillo: con una moneda (una de un euro es un buen tamaño) y una goma elástica, puedes convertir tu falda en unos pantalones cortos que te queden mejor. ¿Cómo se hace? Coge la falda por entre las piernas, coloca la moneda bajo la parte trasera de la falda y enróllala alrededor de los dos trozos de tela. Luego usa la goma elástica alrededor del «botón». Listo, ¡ya tienes una falda pantalón! Si no visualizas bien el ejercicio, echa un vistazo al siguiente vídeo para ver cómo se hace:

El Poupoupidou, un invento francés para montar en bicicleta con falda

Cuando uno piensa en el poupoupidou, inmediatamente pensamos en Marilyn y su vestido ondeando al viento. Fue tras ver a su mujer imitarla cuando nació el proyecto. Diseñado y fabricado en Nantes, se adapta perfectamente a las necesidades de los ciclistas con falda. El sistema consta de una carcasa flexible en cuyo interior se encaja una pinza de la ropa, y dos imanes en los extremos traseros. Éstos se fijan a la parte inferior del sillín, a la altura de los raíles metálicos. Es la misma idea que la de la moneda, pero este sistema no arruga el tejido en el punto de fijación.

La jart´elle

También inventado en Francia, el jart’elle combina feminidad con ir en bicicleta con falda. Está disponible en diferentes estilos que van desde el más sexy hasta el grunge para combinar mejor con tu personalidad y tu atuendo. Como funciona ? Más sencillo imposible. El jart’elle se coloca alrededor del muslo y se fija a la parte inferior de la falda mediante un clip sujeto por una banda elástica de longitud ajustable.

Proteger la ropa cuando montamos en bicicleta

Montar en bicicleta en ocasiones se puede traducir en manchas, por lo que la colocación de guardabarros delanteros y traseros en la bicicleta evitan las salpicaduras de agua y el barro. Son fáciles de instalar y se adaptan a todas las bicicletas. También puedes instalar un protector de cadena para proteger tus pantalones o zapatillas de la grasa de la cadena.

La protección también implica evitar desgarros en el vestido, así que no estaría de más pensar en la posibilidad de colocar un protector de falda. Se trata de una rejilla que rodea el tercio superior de la rueda para evitar que la tela se enganche en los radios y se rompa.

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Para proteger tu calzado de piel, ante o nobuk, puedes impermeabilizarlos utilizando unas polainas o cubrecalzado. Al impedir que el agua y el barro impregnen el material, podrás limpiar más fácilmente los zapatos y evitar las manchas.

Con mal tiempo, no es necesario proteger el vestido gracias a la falda impermeable Rainwrap de Georgia in Dublin. Y para asegurarte de que vas totalmente equipada en caso de lluvia, también existen protecciones impermeables para poner sobre el casco y evitar que se te moje el pelo.

A partir de ahora, montar en bicicleta con falda y tacones no tendrá secretos para ti, así que aprovecha los días soleados para probar la experiencia. Gracias a estos consejos, estarás lista para un paseo en bicicleta seguro y agradable.

Breve historia de la mujer en bicicleta

La mujer se libera en una bicicleta

Ser una mujer liberada sobre una bicicleta no ha sido tan fácil. La historia nos cuenta que, hacia finales del siglo XIX, la bicicleta fue una importante herramienta de liberación para las mujeres europeas y americanas. Un derecho adquirido en exclusividad para los hombres, el derecho a pedalear tuvo que ser conquistado por las mujeres mediante una dura lucha.

El ciclismo está estrechamente ligado al código de vestimenta. Ya en 1849, Amélia Bloomer y Elizabeth Stanton, dos sufragistas, predicaban regularmente contra las faldas largas y pesadas, y los apretados corsés en el primer boletín de liberación femenina, «Lily». Por ejemplo, en Francia, a partir de 1868, las mujeres llevaban velocípedos y vestían una especie de pantalones holgados con encaje, denominados «bloomers», que causaron un gran revuelo, llegando incluso los sacerdotes de la época a dedicar sermones donde se resaltaba lo pecaminoso del asunto.

Historia de la mujer en bicicleta

Se cuenta que en 1869 las mujeres pedaleaban con alegría de vivir por las calles y parques de París. Esto provocó muchos comentarios, pero sin causar demasiado escándalo. La opinión pública sostenía que pedalear no era femenino. Se temía que fuera perjudicial para la salud, la moral y la reputación de la mujer.

La bicicleta suponía desplazarse con libertad y rapidez en un mundo que las condenaba al enclaustramiento en la vivienda familiar. Estas pioneras atraían todas las miradas, lo que ya de por sí era malo. Los manuales de comportamiento de la época dejaban muy claro lo último que debía hacer una dama en la calle era llamar la atención a los viandantes. Andar deprisa era un signo de mala educación, lo mismo que, por ejemplo, hablar alto. La mujer que montaba en bicicleta se convertía en una persona de dudosa moral.

Las mujeres democratizan el uso de la bicicleta

A medida que las faldas se iban acortando, en 1892 se fundó el primer club ciclista femenino, el Coventry Lady Cyclists. Las mujeres habían conseguido poner un pie fuera de la casa.

Muchas mujeres se aficionaron a la libertad, las revistas de ciclismo las alentaban, y su número iba en un aumento constante a pesar de las burlas. Alrededor de 1895, el ciclismo femenino se había puesto de moda, aunque las mujeres ciclistas continuaron siendo denigradas. Cada vez se fueron desarrollaron modelos de bicicleta más eficaces y económicos, y la «vestimenta racional», considerada chic y moderna en París, se comenzó también a tolerar en Inglaterra, al menos en la capital.

Con el boom de la bicicleta ha llegado una avalancha de mujeres que montan en bicicleta. Y cabe preguntarse si fue la bicicleta la que liberó a la mujer, o la mujer la que liberó a la bicicleta, porque el número de potenciales partidarias del uso de la bicicleta se duplicó de golpe. Con el derecho a pedalear, las mujeres han conquistado el derecho a la movilidad, el derecho a ir donde quieran. Pero sobre todo, cuando quieran y con quien quieran. Al mismo tiempo, el derecho al voto de las mujeres supuso el reconocimiento de sus capacidades intelectuales. El derecho a pedalear dio a las mujeres una libertad mucho más tangible, práctica y normalizada.

Con vestido en bicicleta

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