El Cardooring, un problema para el ciclista urbano
En ciudad, no es raro que un ciclista se encuentre en el suelo tras la apertura repentina de una puerta de un coche. Un fenómeno conocido como «Car dooring». La mayoría de las veces, la culpa la tiene el conductor o uno de los pasajeros. ¿Negligencia, desconocimiento del código o desafortunada coincidencia? En cualquier caso, es importante conocer ciertas reglas. En este artículo darnos un repaso al fenómeno del Cardooring, un problema para el ciclista urbano.
El fenómeno del «Cardooring», un problema para el ciclista urbano
Siempre se requiere precaución al circular en bicicleta por la ciudad. De hecho, hoy en día son muchos los ciclistas que son víctimas de puertas que se abren repentinamente o del «car-dooring». Vas rodando tranquilamente con tu bicicleta cuando de repente, frente a ti, ¡se abre una puerta! Esta situación constituye una amenaza real para el ciclista.
En 2011, se produjeron 103 accidentes de este tipo en París. En el Reino Unido, la magnitud ha sido tal que incluso se le dio un nombre a este problema: el Car dooring. Para evitar este tipo de accidentes, generalmente sólo hay que tener un poco de cuidado. Prestar atención y tomar precauciones es una de las mejores formas de reducir los riesgos, especialmente de los conductores.
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Normativa que regula la apertura de puertas de los coches
El artículo 114 del Reglamento General de circulación es claro y recoge la prohibición de abrir las puertas del coche antes de que el vehículo esté totalmente parado, así como la obligación de asegurarse de que esta acción no supone un riesgo para otros usuarios de la vía:
“Se prohíbe llevar abiertas las puertas del vehículo, abrirlas antes de su completa inmovilización y abrirlas o apearse de aquel sin haberse cerciorado previamente de que ello no implica peligro o entorpecimiento para otros usuarios, especialmente cuando se refiere a conductores de bicicletas.”
Abrir la puerta de la manera correcta
Una buena forma de asegurarse de que miramos antes de abrir la puerta es «abrir la puerta a la holandesa»: Usando la mano más alejada de la puerta para abrirla. Al tirar de la maneta de la puerta con la mano derecha tendremos que girar el tronco y el cuello, con lo que la propia posición nos permitirá mirar por detrás del coche por encima del hombro. Así, nos aseguraremos de que al salir del coche no vamos a causar un accidente ni a poner en riesgo nuestra seguridad y la de los demás.
El Car dooring, un problema mundial
Para algunos ciclistas, aunque sigue siendo recomendable utilizar los carriles bici por motivos de seguridad, sería mejor no utilizar los que están demasiado cerca de los coches aparcados. Para otros, incluso sería beneficioso evitar estos acuerdos en este caso específico. Al intentar evitar una puerta que se abre, podríamos tener que desplazarnos hacia el interior de la vía, lo que constituiría un riesgo adicional para nuestra seguridad y la de los conductores que circulan por la misma.
En Montreal, Sylvie, ciclista habitual, lamenta la «falta de publicidad que haga pensar en el peligro de abrir la puerta sin mirar si hay un ciclista. O el de los coches que cruzan la calle para aparcar». Según ella, «deberíamos ser más visibles cuando circulamos en bicicleta con, por ejemplo, pegatinas o luces intermitentes». Canadá ya ha recibido solicitudes para revisar también el código de circulación. De hecho, ante el problema del Car dooring, dos cargos electos de Plateau-Mont-Royal (Québec) escribieron al Ministro de Transportes para pedir su modernización para garantizar mejor la seguridad de los ciclistas. Más recientemente, HUB Cycling, una organización que defiende a los ciclistas, también lanzó una campaña llamada “Open your eyes, the your door”, que puede traducirse como “Abre tus ojos, tras tus puertas”.
Consejos a seguir cuando se trata de España. En cualquier caso, mientras tanto, siempre es mejor extremar la vigilancia cuando vayas en bici. Cuando te encuentres con coches, no dudes en utilizar el timbre de tu bicicleta, vigila la presencia de personas en los coches, no conduzcas demasiado rápido y, sobre todo, ¡mantén la distancia!